Espejos Rotos

"Espejos rotos"

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Ya no tengo a mi lado quien me quiera, quien me mueva, con cuidado, las caderas, quien descubra los secretos de mi cuerpo.

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Ya no tengo unos ojos que se fijen, como imanes, a los míos, ni una voz que susurre sus anhelos en mi oído, ni un aliento que sea brisa en el desierto de mi piel, y despierte, sin palabras, mis sentidos.

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Ya no siento la fragancia de la herida, exuberante, de tu pubis, ni el aroma, suave, de las rosas que germinan en tu pecho.

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Ya no siento en mi boca el dulce sabor de tus besos, ni en mis labios el ácido sabor de tu sexo; ya no acude a mi memoria el salobre sabor de tu llanto, ni me llena el corazón el amargo sabor de los celos... sin ti, ya todos los sabores son neutrales.

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Ya no existe una sonrisa tan intensa que me ciegue, ni existe una alegría inevitable, ni un rostro tan claro que no necesite disfraz.

Ya no existe quien provoque terremotos en mi carne, ni tormentas en el alma... sin ti, ya no son todos los sueños vendavales.

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Ya no puedo enredar tus cabellos en mis dedos y, en silencio,  jugar con ellos.

Ya no puedo besar tus párpados en la oscuridad, y pensar, entonces, en ser tu luz, tu única luz.

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Ahora, cuando abro los ojos, y me miro, los espejos, confusos, reflejan solamente mi vacío.

©2003 Josep Calmet